martes, 29 de enero de 2019

El cine, el Zulia y Yo


Mi personaje en la película: CRUCE 6.4.64 (2012)

Inicia el año y con él una serie de días festivos, algunos fijos y otros que varían de año a año, pero el mes de enero tiene varios días significativos entre ellos en Venezuela, la celebración el día 28 de enero del Cine Nacional, y en el Zulia de la semana de la Zulianidad. Realmente estos dos eventos son connotativos, pues el cine cada día está dando muestras de cambios evolutivos, no solo relativos a las tecnologías sino a las historias que se están valorando, tanto en nuestro cine nacional y las nuevas narrativas cinematográficas y en cuanto a la zulianidad, ya no solo es resaltar la herencia étnica sino más bien de enaltecer los símbolos de la región.

La Zulianidad es nuestra marca de autenticidad lo que nos da sentido de pertenencia, y en nuestras gaitas las letras dan mucha muestra de ello, del arraigo a los detalles que demuestran lo que me identifica y me da sentido de apego, entre ellos la música, la gastronomía, las fiestas patronales, acento al hablar, la planificación urbana, entre otras. Pero como bien decía el llamado a la zulianidad no es reivindicar a los más desfavorecidos o a los grupos étnicos, sino resaltar la simbología de nuestros íconos regionales, de hecho, si se consolidaran estos elementos en la educación con los niños, la zulianidad sería mejor asumida por cada uno de los zulianos desde la infancia, no solo por el cariño de padres y abuelos, sino por el refuerzo en las escuelas.


Vale destacar el puente sobre el lago, una estructura que desde su fundación nos conecta con el país, esas ansias de independencia se disuelven en las aguas del lago, por la fortaleza del puente que nos da conexión con el todo: Venezuela. El lago de Maracaibo, las aguas o las ciudades a orillas de aguas, siempre fueron fundadas varias veces, para darle raíces, y también para borrar la mala fundación anterior o lo que anteriormente había vivido esas ciudades, el agua funciona como un espejo, refleja el alma de la ciudad, eso significa como se ve la ciudad eso es lo que recibe, y se manifiesta en su gente, al ser alegre y dicharachera, pues eso es lo que recibe alegría y energía por tanto es un pueblo feliz, si el agua se turbia o ensucia, el alma se enferma y como se nota, en su gente, pues la gente es el alma de una ciudad. El templo de la Virgen de Chiquinquirá, la fe y las fiestas patronales expresan la energía de la gente, que es un pueblo capaz en la vida y en la muerte de cantar, luchar, amar y orar.

Su musicalidad con las gaitas, donde se honra, se enaltece y se protesta aviva las emociones que expresan los sentimientos de cada uno de sus ciudadanos y la comida cargada de calorías muestra la picardía y atrevimiento de un pueblo. En su planificación, las calles con casas de fachadas coloridas, manifiestan su autenticidad y el explosivo acento al hablar denota que es una localidad totalmente frontal espontánea, trasparente y vehemente.

Estos valores se reflejan hoy en el cine, cuando nuestras historias están contando otras cosas que no sea esos dramas urbanos propios de la ciudad capital, en el cine de hoy tanto los nuevos cineastas caraqueños como merideños y zulianos están contando otros enfoques de Venezuela, historias indígenas, del litoral central, de los personajes y calles de Mérida, de las leyendas y mitos, casos policiales de investigación, y empiezan a resaltar lo que somos como venezolanos y latinoamericanos, ejemplo de ello es la película “Roma” del director mejicano Cuarón, una historia de una chica indígena mejicana, su esencia y sus sentimientos, una película que está haciendo historia en el cine mundial porque demuestra que todas las narrativas cinematográficas son interesantes sobre todo dependiendo de la fotografía y la dirección de la misma.
Basilica de Chiquinquirá en MARACAIBO

Por eso el cine, el Zulia y yo tenemos cosas en común, amo el cine tanto el cine nacional como el latinoamericano, valora cada guionista y director y sus maneras de decir las cosas con una identidad visual que me involucre como parte de mi ser, el Zulia que es mi pachamama, por tanto cada uno de esos símbolos viven en mí, el puente que me conecta, el agua que me refleja desde el alma, la música que le da armonía a mi vida, el acento que me da sentido de pertenencia, la comida que me engorda y me hace feliz y la fachada colorida y autentica, todo se conjuga en mi ciudadanía, en mi ser, que consolida mi zulianidad, que se expresa en el cine zuliano y que demuestra quien soy yo: Venezuela!

Mary Angel Bohorquez
@ahoramaryangel
www.ahoramaryangel.blogspot.com


No hay comentarios:

Publicar un comentario