martes, 13 de diciembre de 2022

El viaje de Emprendedora Presencial a Emprendedora Digital

Tu nuevo escritorio o lugar de trabajo

Toda una aventura, que puede que para algunos suene poco convencional, pero realmente el viraje es excepcional, son muchos los caminos en este viaje, que abarcan mis cuatro campos de acción, y por ello quiero compartir las emociones que genera, porque sé que muchos están pasando por allí, así como también organizaciones. En mis cuatro campos de acción también se produjo la transformación digital, en lo físico, lo mental, lo emocional y lo espiritual, creando un escenario de ir de un ámbito al otro, pero siendo sincera, con una fácil y rítmica adaptación.

Cuando eres emprendedora, y estas en acción y llega de repente una ola llamada “pandemia” que te sacude y te deja en la orilla para que tomes la decisión de volver a empezar, eso sí, de manera diferente, porque el nuevo escenario no es la playa como quedo, sino ahora en modo realidad virtual. Como seguir adelante pero rotundamente diferente, pues eso mueve todo, tanto lo físico, tus oficinas, tus tiendas o escritorios y los más importante tus clientes. Así como también lo emocional, los apegos, las costumbres y los hábitos.

Paso a paso en el procso d digitalización

Pues mi viaje por la playa, comenzó de la manera siguiente, entender la orilla en la que quede, con que posición quede y donde quedaron los demás, y a partir de allí, reconocer el cambio, aceptar que debo transformar mi proceso y asumir el desafío que me atrapa. Entonces comencé el viaje de emprender desde lo físico a emprender en digital. Para ello pase por los siguientes escenarios:

1.- Lo fundamental para continuar con mis actividades productivas, me debía actualizar, es decir, descargar una nueva versión de mí, o, dicho de otra manera, volver a empezar con un nuevo concepto adaptado a las nuevas funciones, lo que hoy se dice Versión Mínimo Viable para el mercado digital.

2.- Nuevas formas de comunicación, sin dejar de ser asertiva, y entonces ahora la modalidad de la comunicación es mediante videos, sea una video llamada, video reuniones, video cursos. Pero asumir el video como forma de comunicación.

Pasar de ser espectadora para ser un agente activo, desde la preproducción, producción y postproducción, tanto para reuniones, como para las redes sociales especialmente por videos de 15 o 30 segundos con micro contenidos, conocidos como reels o videos cortos.

3.- También una nueva forma de expresarse, mediante curación de contenidos, para crear tu plan comunicacional y mantener el contacto con las comunidades. Eso implica digitalizar información que tenías en carpetas y libros impresos.

4.- Aprender a realizar networking como nueva estrategia comunicacional y comercial, incorporándome en distintos grupos virtuales, comunidades digitales o tribus para asegurar tu dinámica de trabajo. Todo ello, en vista del teletrabajo.

5.- Crear o abrir cuentas en distintas plataformas para utilizarlas como herramientas digitales para tus reuniones, para facilitar en formaciones online, y para tus actividades productivas. Una galería en tu móvil o celular, como ustedes le llamen con todas las Apps que puedes necesitar en un momento dado para tu productividad.

6.- También abrir cuentas en plataformas de pago, para facilitar las transacciones comerciales con tus aliados y clientes.

7.- Y lo que me ha costado más, cambiar de horarios, de forma de vestir, de lenguaje, no de idiomas, porque estos más bien es aprenderlos, es el lenguaje técnico propio de los espacios virtuales y el cuidado con las palabras, especialmente en español, porque al pertenecer a distintas comunidades digitales, donde son de diferentes países, pues debes cuidar el lenguaje para no incurrir en ofensas o confusiones con tus audiencias.

Pues como verán, el viaje no es nada divertido, pero si es muy agradable, porque te vas descubriendo, hasta donde eres capaz de llegar, de asumir, de adentrarte, de experimentar.

Me imagino que tú también pasaste tu viaje especial, y espacial, para ir de lo presencial a lo digital.

¿Comenta, como lo viviste tú?

 

Mary Ángel Bohórquez


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

miércoles, 7 de diciembre de 2022

Si tú crees, yo confió

 


Las palabras de mi mamá, mi mentora personal… cuando mi mamá comenzó a sentirse mal, aún conversamos como siempre, pues a ella les gustaba hablar temas diferentes, de la política internacional, de las telenovelas, de mis proyectos, de series o películas, pero de los contextos en los que se desenvolvían, o los hechos en los que se basaban.

De repente, me interrumpía, para decirme si yo estaba haciendo mis cosas por ella, se refería a orar, hacer reiki a distancia, hacer visualizaciones y demás técnicas que realizó, para decirme las siguientes palabras: “Si tú crees, yo confío”

Efectivamente es así, para que las cosas se den, debes creer y confiar, no solo confiar… en el médico, en los tratamientos, en las buenas acciones, es necesario de que creas, porque allí es donde está tu Fe.

Por tanto, ella se sentía en confianza, pero no creía en su recuperación, por eso me lo delegaba. No quiso hablar con mis amigas, no quiso hacer meditaciones, ni conmigo, ni sola, solo aceptaba que le colocaran música suave en las noches para dormir, y que las personas que la visitaran hablaran fuera de su habitación.

Muchas veces, no quiso hablar conmigo, ni con mi prima, ni con mi tía, con los que emigramos, solo quería hablar con sus nietos favoritos, mis dos hijos y el hijo menor de mi hermana Maira. A los demás los escuchaba por nota de voz, que de vez en cuando aceptaba escuchar… si tú crees, yo confío.

Hoy yo creo que sus palabras me preparaban, me anunciaban su viaje, y su confío, que mis oraciones harían su viaje más llevadero, cargado de luz y serenidad, nunca me hablo de futuro, ni me pidió que me fuera a verla, solo me dijo una vez: “Te extraño”.

Ahora, yo también la extraño mucho, siento nostalgia y sigue en mi corazón como siempre, confío que ella este bien, en el camino de la luz, hacia su felicidad suprema junto a Dios, nuevamente siendo parte de la unidad y del paraíso… Si tú crees, yo confío.

Mary Angel Bohórquez