viernes, 9 de septiembre de 2022

Café y Azúcar para la vida

Café y Azúcar para la vida En mis mañanas y en mis tardes, siempre hay un café con azúcar, desde que recuerdo todo comenzó en la casa de mi abuela, quién adoraba el aroma del café en las mañanas y me enseñó a disfrutarlo también. Ella se levantaba temprano y recuerdo que entre las 6 o 7 de la mañana el olor a café inundaba la casa de mis abuelos y luego en la tarde para tomar la merienda, que era una manera de socialización familiar. 
Una tacita de café en la vajilla típica portuguesa.
Se hizo una costumbre muy querida tomar café y algún dulce entre las 3 y 4 de la tarde, porque luego la cena era siempre antes de las 7pm por mi abuelo, que era extremadamente puntual con sus horarios. Luego al entrar en la universidad, el café con azúcar para amanecer estudiando, que a mis amigas no las dejaba dormir, y a mi todo lo contrario me dormía, pues para mí el café no estaba asociado al trasnocho, sino al amanecer agradable o a momentos placenteros. 

Después se convirtió en una invitación, para conversar o compartir con amigos y amigas… ¿nos tomamos un café? Y de esa manera iniciar una conversación y luego también a la hora de discutir o debatir un proyecto, mientras lo elaboramos, las mamás nos llevaban café a la sala de estudios. 

Después en la oficina, a la hora del coffebreak y posteriormente muchas tazas de café con colegas profesores. No sé cuántas, quizás miles, d tazas de café que deben guardar historias, debates, ideologías, comparaciones, investigaciones y un sinfín de episodios de vida. Por eso digo que mi vida se encuentra entre tazas de café y azúcar. Pero no solo la mía, sino la de un país. Así fue mi encuentro de café con la historia de Portugal, descrita en bolsitas de azúcar que acompañan el café. 

Como les había dicho estuve por Madeira, y la tía Concepción toma mucho café, en cada parada que hacíamos, debíamos tomar un poquito de café, y así me fueron entregando las bolsitas de azúcar que cuentan historias de Portugal y que guardé para compartirlas con ustedes.

La primera muestra a Lisboa, con su puente “25 de abril” y su Cristo Rey, una ciudad a orillas del río Trejo, que muestra sus dos orillas y un puente, que en realidad son dos puentes, que conectan el norte y el sur. Su gente, los lisboetas con su encanto particular, con su distinción y sus vivencias que marcan la diferencia dentro de un país. 
Lisboa bonita.
La segunda muestra las calles, estrechas y con laberintos de su centro histórico, entre ruas, becos y escaletas. Con la ropa tendida para secarse al sol, sus trapos limpios que dan a los vecinos la oportunidad de compartir y averiguar lo que acontece a su alrededor, las cafés al aire libre entre una taza y una guitarra, donde el género musical es el “Fado” y sus letras de amor y dolor, expresan la esencia cotidiana de una comunidad. Que belleza la esencia de la ciudad. 
Ruas y Fado
La tercera es todo lo que muestra una ventana… un mundo de techos rojos, tan parecida a nuestra Caracas, una brisa fresca y agradable que te llega desde el río Tejo, así recibía desde mi ventanal en Maracaibo, y la brisa fresca y calentita del Lago de Maracaibo llegaba a mi rostro, acompañada de una café negro aquí en Portugal, y un café con leche en Venezuela. Una mirada al paisaje natural y urbana que inspira el agradecimiento por la abundancia y la prosperidad que te rodea. 
Desde una ventana

La cuarta es la descripción de Madeira, la isla portuguesa, de donde emigraron la mayoría de los portugueses que llegaron a Venezuela, y se ve sus casas típicas a dos aguas, alegres y carismáticas por fuera, oscura y sombrías por dentro, pero que protegen y dignifican la vida de su gente. Donde las mujeres son fuertes desde lo físico, cargadoras de grandes sacos o cestos, de gran peso, pero lo hacen con su fuerza única, donde los hombres apoyan y recrean con su poesía y su galantería. Un café recoge muchas historias, anécdotas y reflexiones que a través de su aroma estimulan y propician un encuentro contigo misma, y con tu mundo.
Madeira


Mary Ángel Bohórquez
@ahoramaryangel

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