viernes, 19 de febrero de 2021

La Economía Creativa para el desarrollo Sostenible


 


Cuando escuche por primera vez sobre economía creativa, fue en un Congreso Nacional en Venezuela sobre el desarrollo endógeno en Cabimas, organizado por la Universidad “Rafael María Baralt” en el año 2015, pero lo que me llamo la atención es que yo estaba participando en la mesa sobre gerencia social y mi ponencia era “Espacios virtuales de formación de Liderazgo para consejos comunales” es decir, como educar a los lideres sociales a través de programas educativos virtuales, aprovechando los infocentros en Venezuela. Pero una joven economista presento “La economía creativa en los hogares venezolanos” explicando la teoría económica aplicada en las amas de casa que habían generado nuevas recetas de cocina y se habían convertido en artesanas impulsadas por la escasez de recursos y alimentos en el país.

Siempre me quede con la inquietud de la economía creativa impulsada por la carencia y como ello, convertía al ingenio humano en la oportunidad de ser innovador. Sumado a este, mi hija se apropió del término endógeno, para referirse a aquello que era elaborado por la misma persona, para resolver algún problema y solventar la situación en su momento. Por ejemplo, usar la linaza, como gelatina para el cabello. Entonces ella decía, gelatina endógena. Pero esto, hacia ruido en mi cabeza, porque distorsiona, el concepto primario de economía creativa.

El término de economía creativa, fue expuesto por el autor John Howkins (2001) en su libro La economía creativa: Transformar una idea en beneficios. Es 20 años más tarde que se acepta universalmente y se declara el año 2021: El año Internacional de la Economía Creativa.

La economía creativa, muy extendida en Iberoamérica. Engloba la propiedad intelectual, en tanto que su terreno es el de la creación de ideas y conocimiento. Las industrias que la componen son la cultural, el arte, el diseño, la arquitectura, la escritura y el conocimiento (educación, investigación y desarrollo, alta tecnología, informática). En este sector se combinan distintas áreas de estos dos ámbitos para generar productos y servicios innovadores que abran paso a nuevas posibilidades.



Se establecieron 4 categorías para referirse a los ámbitos de la economía creativa:

1. Herencia cultural:

Patrimonio natural y cultural: productos derivados y servicios de museos, paisajes culturales, sitios arqueológicos e históricos y gastronomía

2. Creatividad y medios:

Artes visuales y artesanía: pintura, escultura, artesanía y fotografía.

Libros y prensa: libros, periódicos, otros materiales impresos, ferias de libros y bibliotecas.

Medios audiovisuales y creativos: filmes y videos, radio y televisión, podcasting, mainstreaming, juegos de video y animación.

Presentaciones artísticas y celebraciones: artes escénicas, música, festivales, festividades y ferias.

3. Creaciones funcionales:

Moda, diseño gráfico, diseño interior, paisajismo, servicios de arquitectura y publicidad.

4. Conocimiento:

Educación, Capacitación, investigación y desarrollo, alta tecnología, informática, telecomunicaciones, robótica, nanotecnología, industria aeroespacial.

Como se puede apreciar, es la generación, transformación, creación y circulación de conocimiento, desde el invento hacia el mercado, o la innovación en el mercado.

El año 2020 fue el escenario perfecto para impulsar y catapultar este tipo de iniciativas dando al mundo del arte y el espectáculo un alcance inimaginable, muestra de ello, fueron Netflix, que creció en suscripciones mundialmente y la aparición de la Red social virtual TIKTOK que puso a todo el mundo a bailar.

Estas iniciativas son las que verdaderamente demuestren, a que se refería el autor con la transformación de ideas en beneficios, estableciendo que los beneficios son mutuos, tanto para el creador como para el consumidor.



Así, que, si eres de los que escribe, blogs, o guiones o libros, bailas, haces fotografías, o estás como yo en el ámbito de la educación, ahora como facilitador virtual, pues este año es de auge para estas actividades económicas que serán muy favorecidas por todos los consumidores.

Estamos iniciando un nuevo mundo y somos los creadores en todas sus dimensiones, los llamados a crear desde nuestros ingenios, desde nuestra creatividad e imaginación, contenidos de valor, de manera de transformar nuestras ideas en beneficios mutuos, que trasciendan en el mundo.

Hagamos de la economía creativa un concepto de desarrollo sostenible.

Mary Ángel Bohorquez

 

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