Nuestro querido Rodorigo |
Rodorigo
avanzó de manera lenta, pero segura, en busca de su hábitat, de su razón de ser
y de su supervivencia, todo por su esencia.
Te
preguntarás: ¿quién es Rodorigo, y a que te refieres?
Es un caracol
que llego a mi casa el fin de semana y que me demostró todo lo que estoy
haciendo, lo que es inadecuado para mí, que no estoy en mi zona de confort,
sino de conformismo, que no estoy escuchando mi corazón, sino mi ego; que no
estoy escuchando a mi universo, mi razón de ser que son los mensajes del alma,
y que no estoy en mi esencia. Ya les cuento, esta super lección que me dio este
pequeño caracol, al cual mis hijos le dieron el nombre de Rodorigo
Mi esposo
llego a la casa con un pequeño caracol que estaba en el volante de su moto, se
lo trajo a mi hija, que le encantan los seres vivos, animales y plantas. Mi
hijo fue quien lo vio primero, y él tiene la genialidad de colocarle nombres a
las cosas, animales y personas… entonces lo bautizó como Rodorigo. Más tarde
estábamos todos alrededor de él, como iba a estar en casa, y yo estaba
preocupada con las gatas, que lo quisieran para jugar o comer, pero mis hijos
le crearon un lugar para estar.
A la mañana
siguiente no estaba… susto, donde está, lo habrán agarrado las gatas, y llamé a
mis hijos, y nadie lo encontraba, hasta que al fin lo vi, estaba en el marco de
la puerta de la cocina, se había traslado bastante y allí fue cuando yo me
sentí mal… Rodorigo me estaba dando una señal y una lección de vida.
Me llegó el
mensaje: estás atendiendo a lo urgente y no lo importante. Ahora analizó para
mí, y espero que sea útil para ti.
Rodorigo en su habitat |
La zona de
conformismo: es la zona de confort en la que te encuentras,
porque no te exige, no te da, pero tampoco te quita, entonces haces cosas que
te hacen sentir bien, aunque no seas exitosa o que tengas todos los resultados
que deseas. Justo me encuentro allí, es fácil hacer cosas pequeñas, atender a
algunas personas y dedicar mucho tiempo a investigar y crear contenidos para
redes sociales y cursos, pero sin llevar nada a la acción, en estos momentos
estoy disfrutando de mi zona de conformismo y postergando mi zona de acción y
emoción, porque requiere más de mí, compromiso y responsabilidad, que sería
atender clientes. Actualmente no los tengo, solo seguidores. Pero justo, estoy
trabajando en ello, por seguidores y no por clientes, por eso estoy en la zona
de conformismo.
No escucho mi corazón, sino mi Ego: mi corazón me habla de su nobleza y de las personas que quieren conectar con él, de los mensajes que me envía y que me hace grande y hermosa, pero mi ego, los interrumpe, con esa necesidad de demostrarme que puedo desarrollar más habilidades tecnológicas, que debo investigar y estudiar más, anclándome en la parálisis por análisis y que debo ser visible, porque las redes sociales esperan por mí. Cuando en realidad, mi misión de vida es… conectar con otros, para guiarlos a lograr sus sueños, porque yo ya he logrado muchos de los míos, y se cómo se puede, como organizar y como planificar, es lo que sé y lo que me gustan que aprendan conmigo, pero estoy distraída y sumergida en mis fantasías y hay muchas personas esperando por mí. Que, aunque sea paso a paso como Rodorigo le de mi mano amiga a aquellos que quieren llegar a convertir sus sueños en realidad y no saben cómo hacerlo.
Que no
escucho tampoco a Universo, a los mensajes del alma,
que me llevan a mi esencia: aquí les menciono lo fácil que es distraerse hoy en
día porque el entretenimiento nos atrapa, y no hablo solo de las redes sociales,
sino con series de televisión, con cursos por hacer y con reuniones virtuales
largas y tendidas, y así se me va el tiempo, y por tanto, merma mi
productividad, y mi mensaje del alma es que debo escribir y hablar, porque de
todo lo que investigo y estudio, debo generar algo para compartir con la
humanidad. Mi alma me dice: “cuando te sientas a escribir y ahora a grabar
videos y podcats”, deja de ver los videos de los demás y céntrate en los tuyos.
Cuando era niña, me preguntaban para que quieres investigar y yo respondía:
para explicar mi manera de contar la historia, para descubrir cosas nuevas y
para crear cosas valiosas. ¡Mi alma… está en espera!
Con esto les
digo, gracias a Dios y al Universo, apareció Rodorigo para que los escuche, y
vuelva a mi cauce. Luego en la segunda parte, les explicaré la lección de este
pequeño amigo, que ahora es parte de mi familia, porque se quedó a vivir
conmigo.
Mary Ángel
Bohorquez
@ahoramaryangel
Es muy facil espejearse con algunas circunstancias, pero como bien dices no basta con tomr conciencia, sino en actuar... ¡Buenisisma tu reflexion!
ResponderEliminarGracias, y espero que te ayude para impulsar tu accion. Espera la segunda parte.
ResponderEliminar