jueves, 7 de septiembre de 2023

No tengan Miedo

Estas fueron las palabras del Papa Francisco durante las Jornada Mundial de la Juventud y esas me llegaron, mi corazón se sintió conmovido con cada palabra dicha en este encuentro en Lisboa con los jóvenes.

En el 2020 durante la semana santa, encendí el televisor para ver al Papa en la plaza de San Pedro y recibir su mensaje, y solo me encontré con el vacío. Francisco estaba solo, como las calles del mundo, el virus se convirtió en una pandemia mundial, nunca la humanidad había visto o vivido eso y el Papa estaba desde mi perspectiva frente al mundo vacío y la naturaleza lloraba, con lágrimas del cielo porque además llovía. Nunca voy a olvidar esas imágenes, porque sentí que el catolicismo y el maestro Jesús y sus enseñanzas llegaban a su fin. La historia de la humanidad tenía un quiebre, una ruptura y un ciclo que llegaba a su fin. Hasta los animales se extrañaron y entraron a las ciudades a mirar que pasaba (otras imágenes que nunca olvidaré)

Yo había llegado a Portugal en 2019 y apenas a los 3 meses quería ir a la iglesia, a la misa de los domingos, y fui a la iglesia de mi barrio, para mi sorpresa, era una misa solo con personas de la tercera edad, cambié de horario y lo mismo, y lo que es peor aún, poca gente. Además, era una misa como… no sé qué decir, realmente muy sobria, yo que vengo de Maracaibo, de las misas de la iglesia de Chiquinquirá, con jóvenes cantando en el coro, con música alegre, sobre todo en navidad entre gaitas y aguinaldos venezolanos, me encontré con otra cosa, a la que no estoy acostumbrada, y a la que no me quiero acostumbrar, por so hice una peregrinación y encontré la iglesia y el horario adecuado para cultivar mi Fe y mi devoción. Una misa vespertina en el casco antiguo de Oliváis, donde una joven con una voz angelical canta y hay un coro con guitarras, el párroco es joven y es muy vigoroso durante la homilía.

¿Por qué cuento esto? Pues porque durante la JMJLisboa 2023el Papa Francisco dijo frases con palabras potentes, que quedaron sembradas en mi corazón y pensamiento, que quiero compartir con ustedes desde mi interpretación y mi emoción de haber encontrado la casa de Dios para mí en Lisboa.

Quiero empezar con: “No tengan miedo” así decía, reiteradamente a los jóvenes, y sentía que quería decir, no tengan miedo a ser creativos, a iniciar proyectos, a cambiar al mundo, a crear un nuevo orden, a cambiar ideologías, a luchar por sus valores, a denunciar las injusticias, el maltrato infantil, la violencia doméstica, la desigualdad de género, el abuso sexual, la discriminación. Pero también lo dijo de manera diferente, para que lo hagan diferente y así lograr mejores o nuevos resultados. No repitiendo historias, ni hechos.

Otra frase: “No sean presas del mercado salvaje”, es decir, no te dejes arrastrar por la corriente, las redes sociales, los influencers, lo que hacen los demás, del consumo de drogas o de alcohol, o de otras cosas. “Busquen la alegría” y esta me encanto, porque es justo lo que estoy buscando en los jóvenes de aquí en las iglesias, atrévanse a ser alegres, a visitar la misa los domingos, sin miedo, sin expectativas, pero con un corazón abierto a la alegría de vivir con Dios, desde el corazón amando la vida, a la gente y al mundo.

“En la iglesia hay espacio para todos” es decir, no hay distinciones, no hay segmentaciones, no hay imposiciones, solo hay espacio para ti, y para mí, para todos. Ese espacio te lo das tú, por eso yo conseguí el mío, donde solo quiero ser una mujer de Fe. Pero tu puedes ser de los grupos religiosos, del coro, miembro de fundaciones de apoyo a otros en estados vulnerables. En fin… todo te lleva a lo mismo… “No tengan miedo” de empezar algo nuevo, de arriesgarte e ir a por ello, lo que quieres, lo que suenas, lo que crees que mereces desde el amor y con amor.

No tengas miedo de aceptar, que es lo que me ha tocado vivir, aceptar el duelo, por mi tierra, por mi mamá, por mi familia regada por el mundo, por mi profesión, por mis amigos y aceptar un nuevo tiempo, con una nueva iglesia, una nueva comunidad, un mundo nuevo, donde no tengamos miedo.

Ya ha pasado un mes desde su visita, y aún siento su energía en las calles, y en todo lo que nos entregó, toca impulsar desde mi espacio, ese espacio que tengo, en la iglesia, en el mundo y ahora en Portugal, particularmente en Lisboa, para ser testimonio de Fe.

Mary Angel