Creamos nuestra cena de Nochebuena |
Cuando
eres niña tu imaginación recrea tu vida y enriquece tu bienestar. Les digo esto
porque mientras fui niña, cree muchas historias, pasaba mucho tiempo hablando
sola y justo en esos momentos, pase por distintos personajes, que nacían de las
películas que veía o de las conversaciones que escuchaba.
Así
también apareció mi navidad ideal, porque las navidades en mi familia eran
simples, creo que hasta muy sencillas y un día hablando con mi mamá, le
pregunte: ¿Por qué nosotros no teníamos una navidad de película?, ¿que nos
hacía falta? Y ¿Que era preciso para lograrlo?
Ella
me respondió: “bueno nuestras navidades han sido siempre así, es lo que mi mamá
siempre hizo, pero que es lo que quieres tu?” Y justo era lo que yo quería que
me preguntará, como las quieres tu.
Ahora
bien, les cuento primero como eran… el día 24 de diciembre siempre lucíamos mis
hermanas y yo, ropa nueva y linda, que mi mamá compraba en sus viajes durante
el año. Entonces, yo pedía vestirme temprano para sentarme a las 4pm a ver
televisión y disfrutar de cuentos y películas de navidad. Cuando llegaban las 6
de la tarde, mi abuelo nos llevaba donde unas vecinas amigas, las Bermúdez y
ellas nos brindaban dulces y ponche crema, creo que desde allí le encanta a mi
hermana, que no puede tener navidad sin ponche crema.
San Nicolás siempre nos visita |
Después
de estar un buen rato en esa visita regresábamos a la casa, para ir de visitas
a otros hogares, primero íbamos donde la casa de mi tío Lino, porque su esposa
Arcelia estaba de cumpleaños, y gran parte de la familia pasaba a saludar y
cantar su cumpleaños, allí nos veíamos todos los primos. Mas tarde íbamos a
casa de la señora Leris, una prima de mi mamá para disfrutar de la cena, que
era sabrosísima, pues la señora Leris cocina espectacular, y para finalizar ya
de madrugada regresábamos a nuestro apartamento y nosotras, mis hermanas y yo
no queríamos dormir, para ver si pillábamos a San Nicolás dejando nuestros
regalos. Luego, de resistir como unos 20 minutos nos rendíamos a Morfeo y
dormíamos profundamente, cuando nos levantábamos en la mañana estaban nuestros
regalos de navidad.
Pero
yo soñaba con una navidad como en las películas, que fuera en nuestra casa, o
en la casa de mami, mi abuela, donde nos vestíamos, nos tomamos fotos,
esperábamos la medianoche y cenábamos y después todos recibían regalos, no solo
los niños, porque los dejaba Santa, sino que mi mamá, mi papá, mis abuelos y
mis tías también recibieran regalos.
Entonces
le pedí a mi mamá, dejar de visitar en navidad y tener nuestra cena y nuestra
propia navidad. Le pedí que decoráramos más la casa y que todos recibieran
regalos. Mi mamá me escucho, se lo comentó a mi papá y a mis abuelos, y al año
siguiente cambio la navidad.
Tenía
como 11 años, y esa navidad, igual estábamos en casa de mi abuela, me vestí
como siempre temprano para ver televisión, pero antes estuvimos, mi mamá y mis
tías arreglando la mesa, que quedo linda y mi abuela se sentía sumamente feliz,
y me abrazaba y me daba besos, pues ella siempre quería pasar la navidad en su
casa. Fue una cena muy linda, con los platos típicos de Venezuela, hallacas
hechas por mi abuela, asado negro, que le quedaba espectacular y ensalada
blanca, no con pan de jamón, porque a mis tías no les gusta, y arroz, porque a
ellas le gustaba echarle la salsita del asado negro.
Después
de cenar todos sentados en la mesa, algunos conversaron un rato y otros
bailaron, y nos fuimos a dormir. Al día siguiente San Nicolás había traído los
regalos y los destapamos, fue grandioso, desayunamos y esperamos que llegará la
tarde, nos vestimos más informal y debajo del árbol, había muchos regalos más,
y eran para todos, porque esa tarde llegaron mis tíos y mis primos, con comida
y más regalos para compartir. Cuando estaban todos, mi tía comenzó con la
entrega de regalos, toda la familia se dio regalos, fue estupendo y para mí,
inolvidable.
Nuestro arbolito siempre tiene muchos regalos |
Así
fue sucediendo cada año, y agregando más cosas, que yo le iba pidiendo a mi
mamá, como tener una torta el 25 y cantarle cumpleaños feliz al niño Jesús, y
partir una piñata. Tener una mesa de dulces y asistir a las misas de aguinaldos
en la madrugada, para después tomar chocolate caliente en la iglesia y
reunirnos nuevamente todos, el 31 de diciembre, con nuestros mejores trajes
para recibir el año nuevo y brindar con champagne.
Mi
mamá fue y es feliz cuando llega diciembre, porque la decoración, la cena, los
regalos, los estrenos de ropa, la comida, las risas y carcajadas, la música de
moda y las gaitas, la familia reunida, las fotos, todo eso es parte de nuestra
historia y de esas historias que yo veía y veo, que ahora son parte de mi vida
y de mis anécdotas.
Cierro
con la frase que escogí durante el 2021: “Soy la creadora de mi vida y de mi
mundo” y efectivamente es así, si lo hice con la navidad, y con otras cosas
más, seguiré creando y escribiendo para dar vida a mis personajes, mi
creatividad y mis sueños para convertirlos en mi realidad. Debemos creer en los
milagros, porque nacen de nuestros corazones.
Los milagros se dan si crees. |
María
de los Ángeles Bohórquez
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