Fueron el 24 de
enero de 2021, ya ha pasado un mes y no ha pasado nada. Fue así también mi
experiencia de ir a votar. No paso nada… y es que llegue al país, que siempre
deseaba, un país donde todo sea tranquila, y con serenidad.
Como saben vengo
de Venezuela y desde niña, las elecciones presidenciales, se convertían en un
carnaval, se forraban las calles y las casas con propaganda política, cualquier
cantidad de material POP y jingles por cada campaña, caravanas y cualquier
cantidad de actividades mientras se estaba en campaña electoral. Luego, el día
de las elecciones alrededor de los centros electorales eran de feria, vendedores
ambulantes, parlantes con música, muchos carros van y vienen, y los medios de
comunicación todo el día con operativos especiales. En fin, todo el país
abocado al proceso electoral.
Pero este 2021,
ya como ciudadana portuguesa, me correspondía ir a las primeras elecciones, dos
o tres días antes mis hijos y yo, no sabíamos los nombres de los candidatos,
tuvimos que hacer una investigación en internet, para reconocer sus nombres y
sus ideologías, o la tendencia que representan, porque desde allí sería sus
formas de gobernar. Tomamos la decisión y la noche anterior, decidimos ir
después del desayuno, aún con pandemia, debíamos acudir y además queríamos
acudir.
Lo sorprendente,
había gente caminando en las calles hacia la escuela secundaria que nos correspondía,
nadie efusivo, nadie identificando nada, no había gente fuera de los centros
electorales, no había militares custodiando la zona, ni policías, ni
representantes de partidos, solo voluntarios en el centro electoral. Las colas
eran largas, pero fluían con gran rapidez. Yo entre directo, porque me toco la
mesa 5 y 6 en la cual no había nadie. Pase directo.
Al entrar al
centro había alcohol, por lo del virus, luego, al entrar al aula asignada otra
vez, y yo tenía que llevar un bolígrafo para marcar, es decir, un proceso
manual, nada digital, me pidieron me identificación, leyeron mi nombre y me
buscaron en un cuaderno, donde estaban las listas, me entregaron una papeleta
con los nombres y fotos de los candidatos y yo solo tenía que colocar una X al
lado del seleccionado y listo, consignar en la urna. No tenia que firmar, no
tenía que dejar mi huella digital, no tenía que meterme detrás de un cuarto o
cajas de cartón para ejercer el voto.
Al salir, solo
seguí unas flechas marcadas en el suelo que me llevaban a la salida, llegue a
un portón lateral de la escuela y estaba afuera, tome el tiempo y solo fueron 6
minutos desde que entre hasta salir. Afuera, no había nadie esperándome, ni
carros, ni gente. Solo tome el celular y llame a mis hijos, les dije que ya había
votado y que los espera afuera cerca. Mas no en el frente del centro electoral.
Cuando ellos
salieron, solo comentamos lo sencillo y fácil, pero sobre todo la confianza en
el proceso, nadie se queja, nadie dice nada, nadie protesta, y nadie grita. Nos
fuimos de regreso a casa caminando, para esperar, que los resultados se darían
sobre las 8pm.
Exactamente
sobre las 7:30pm los canales de televisión comenzaron a lanzar boletines de las
proyecciones y a colocar imágenes de los candidatos, siendo el candidato que
iba ganando el propio presidente de la Republica que iba por la reelección,
estaba muy tranquilo comprando comida para llevar por Cascais, en su casa, nada
de comandos, nada de festejos y nada de comité que lo rodeara.
A las 8pm
resultados… sin cadena nacional, cada canal los dijo y el ganador fue, el
actual presidente con casi un 65% y los candidatos mas cercanos 12 y 11%
respectivamente. Sin lugar a dudas, resultó ganador. Su discurso fue como a las
10 de la noche, solo vimos el inicio y mi esposo me dijo, vamos a acostarnos.
En la calle, un
silencio normal de la ciudad, nada de caravanas, ni gritos, ni buya, ni nada y
al día siguiendo, todo normal, como si nada. Alguna que otra persona comentó,
el discurso del candidato más joven, que fue eufórico y contundente. Listo es
fue todo, o como dicen los portugueses para cortar una conversación: ¡Pronto!
Así fue mi
primer voto en Portugal, como ciudadana portuguesa. si quieren saber que me
pareció? Pues genial, es lo que yo quiero, que mi opinión como ciudadana sea
serena, que mi derecho al voto sea parte de mi función ciudadana, con
responsabilidad y mucha confianza, que todo sea practico y útil, pero sobre
todo que se respeten los votos y el desarrollo de la democracia, donde los
ciudadanos expresan con sus votos lo que desean para la gobernabilidad de sus
países.
Mary Ángel Bohórquez
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