El pasado es
todo lo que quedó atrás en el recorrido de la vida, es la suma de cada momento
de tu vida, con lo bueno y lo malo, con lo divertido y aburrido, con lo
peligroso y con lo prohibido. Es todo aquello que hemos vivido y que por ya
haber pasado no podemos cambiar.
Sin embargo,
cuando todo lo vivido fue mágico y extraordinario y de repente, la vida te
comienza a cambiar, aparecen las añoranzas, esos anhelos de lo que ya habías
vivido, por las actividades de hoy en día no te agradan tanto, comienzas a
soñar con lo que quedó en tu pasado y lo comparas con lo que vives en el
presente.
Por tanto, es
importante como vives tu presente, las formas que construyes para realizar tu día
a día, cada instante se debe vivir a plenitud, para que al estar en un presente
gozoso, el futuro será prospero y alegre, nuestras actitudes ante cada
acontecimiento determina la diferencia entre la felicidad y el dolor, si cada
vez que experimentamos algo, lo vivimos con miedo, con dolor, con rabia, con
angustia, vamos a querer que pase rápido y será parte de un pasado que querrás
olvidar. Pero cada momento inconcluso busca más adelante su ciclo de fin… y ese
tiempo puede ser largo, hasta de generación en generación. Por tanto, todo lo
pendiente no queda solo atrás… queda pendiente por terminar.
Por tanto,
aprende de tu pasado y súmalo a tu presente, vive tu presente a plenitud, con
actitudes que construyan un futuro encaminado hacia el bienestar, de manera tal
que al imaginar sueñes más con el futuro, que con el pasado que no volverá,
simplemente porque ya quedó atrás.
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