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Marcia, Maira y yo en Navidad |
Las Bolorques nos comenzó a decir, mi cuñado a mis hermanas y a mí, en las navidades, después que mi hermana Marcia y su marido Rider comenzaron a pasar las navidades en Maracaibo, cuando él veía que nos reuníamos las tres a bailar y cantar y terminamos solas en el medio de la sala de estar de la casa de mi abuela, y nos reíamos, éramos felices, repetía a cada rato: “las bolorques cuando se apagan”.
En realidad, éramos así unas mujeres con tantas
historias, que no teníamos fin, no nos cansaba, cantar, bailar, beber, bromear,
reír, hacer cosas, mi hermana Maira y yo limpiando y acomodando, y Marcia
haciendo comida a cada rato. Sin embargo, debo decir que mis hermanas eran y
son muy desafinadas, y mi mamá las termino bautizando las hermanitas “Cállense”
por una telenovela colombiana que se llamaba las hermanas Calles, y ella le
decia: Cállense, Cállense, ya dejen oír la música.
Somos tres, las hermanas Bohórquez Gutiérrez, María de
los Ángeles, que soy yo, la mayor, y que me dicen Mary Angel, Maira Fabiola,
que le dicen mayita o Mairita, y mis hijos la bautizaron como Tía Chi, porque
es alérgica y estornuda mucho y Marcia Elizabeth, que le dicen Marcia. Cuando
éramos niñas jugábamos mucho las tres, sobre todo recuerdo jugar a hacernos
cosquillas en el pasillo del apartamento, donde crecimos, porque al cerrar
todas las puertas, el pasillo quedaba totalmente oscuro y entonces comenzábamos
a hacernos cosquillas, y a veces nos golpeábamos, porque no veíamos nada, pero
estábamos muertas de la risa.
Después jugábamos por parejas, Marcia y yo pasamos
unas vacaciones jugando a la ciudad con los juguetes de Fisher Price porque
teníamos la Villa, la casa, el hospital, y muchos personajes o muñequitos y haciamos
la vida de la ciudad como un pueblo cualquier de los EE.UU. éramos felices,
solo nos parábamos para ir a comer, al baño o a dormir. Con Maira jugábamos al
salón de belleza y nos maquillábamos, nos hacíamos peinados, y salíamos a pasear
a los centros comerciales, inventamos historias de novelas, porque Maira era
muy enamorada y novelera.
Crecimos con mucha felicidad, siempre alegres,
comíamos de todo, mi papá nos llevaba el desayuno sábados y domingos, cosas que
nos encantaban, y los domingos almorzábamos en la calle, conocimos todos los
restaurantes de la ciudad. A veces mi mamá inventaba salir a ver vitrinas, a mí
me encantaba, porque al terminar nos llevaba a la heladería y siempre en estos
paseos iba mi abuela Camila.
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Bailando |
Pero cuando comenzamos la adolescencia de cada una,
nos fuimos separando, solo nos unía las fiestas en casa de mi abuela, los
cumpleaños y la navidad. Cada Navidad era única y aún cuando conversamos,
porque tenemos un grupete de whatsapp nuestros recuerdos se van a las navidades
inolvidables en la casa de mi abuela en Maracaibo, allí nos encontramos, porque
mi hermana vivía en Puerto Ordaz, y yo por muchos años en Caracas.
Las bolorques hoy seguimos siendo un trio, que ya no
cantan, ni bailan, ni ríen, ni preparan comida, ni acomodan, ni pelean, son
tres hermanas, mas unidas que nunca en la virtualidad, porque así lo hizo y
quiso mi mamá, porque su ausencia lo que nos ha dado es fuerza, unión,
comprensión, tolerancia, confianza y serenidad. Nos une el saber que estemos
bien de salud física, mental y emocional, ahora cada vez más distantes, una en
Venezuela, la otra España y yo en Portugal, pero nos ata un sentimiento de amor
y felicidad, porque crecimos con alegría, consentidas y protegidas, y ahora
nosotras nos brindamos amor y protección y solo nos dedicamos canciones, nos reímos
de memes que nos hacen nuestros hijos, bailamos solas en cada casa, no
cocinamos mucho y no acomodamos nada, porque al intentarlo resultamos negadas.
Es nuestra realidad.
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Marcia, Maira, mi mamá y yo |
Mary Angel
@maryangelboho
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