Todo comienza con una chica que
me detiene para preguntarme: ¿cómo haces? Y yo le miro sonriendo y le pregunte:
¿Para qué? Para verte siempre bien, no solo tu imagen, sino también tu actitud,
en medio de tantas calamidades del día a día. Terminé carcajeándome y
contagiándola y al ver su reacción, le dije: “es eso, me dejo contagiar de las
cosas buenas de la vida, de las incertidumbres que andan contigo, de la belleza
de la naturaleza que me rodea y de la inocencia de los niños”.
En realidad, yo creo una cúpula
en mi andar y me abstraigo, solo dejo que las imágenes de lo positivo me
penetren y observo, pero sin dejarme absorber de lo feo o lo que yo veo como
raro, que me rodea… en las calles, en la familia, en la comunidad, en mi
trabajo, en un viaje, en las compras del mercado, en las gestiones bancarias… y
armo un equilibrio de mis energías.
Entonces, a partir de ella, me di
cuenta que mis estudiantes también me lo decían, que las amigas de mi mamá
también, y mis vecinos lo mismo, pero fue una de las amigas de mi mamá que me
dijo te ves siempre plena y decidí buscar una definición de plenitud y fíjense
lo que se dice de la plenitud.
Se dice que es algo o alguien que
se encuentra completo o lleno, que está en pleno apogeo, es decir que se haya
en su punto o en su momento cumbre, de más alto rendimiento, en otras palabras,
en “felicidad” … y entonces haciendo una retrospectiva de mi vida,
¡evidentemente he sido feliz! Con mi familia, en mis casas, durante la
infancia; con mi esposo y mis hijos en cada momento e instantes de nuestras
vidas, en mis trabajos y con mis compañeros, con mis vecinos y con miles de
amigos que siempre he tenido. A cada uno los he amado, los he aceptado tal cual
como son, tanto mi familia, como mis amigos como mis trabajos y como resultado
encuentro ese estado de plenitud o sentirme completa, jamás me he sentido vacía
y mucho menos aburrida.
Y después de revisar, decidí
adoptar esa frase como mi identificación y compartir con la gente lo que es
Vivir a plenitud. Como se vive plenamente, como disfrutar de tus momentos de
apogeo, y de los desagradables para convertirlos en anécdotas de tu vida,
aprender de ello y así darle un toque de humor y armonía a tu realidad. Aprendí
a vivir plenamente de mi abuela, mi tiabuela, y de mi mamá, vengo de un linaje
femenino de mujeres que aprendieron y dejaron un legado.
¡Por eso, sigo adelante!
Mary Angel Bohórquez Gutiérrez
@ahoramaryangel
@maryangelboho
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